Gevrey-Chambertin

Gevrey-Chambertin

Aquí es donde comienzan los Campos Elíseos de Borgoña. Los cánones de Langres también fueron durante mucho tiempo guardianes de estos viñedos que datan del año 640 dC, evidencia de la historia de la industria del vino de Borgoña.

Gevrey-Chambertin forma una especie de guardia de honor para un conjunto de fabulosos Grands Crus cuyas joyas de la corona son Chambertin y Clos de Bèze. La denominación data de Septiembre de 1936. El pueblo de Brochon es una extensión de Gevrey-Chambertin, que comparte las mismas características. El Pinot Noir expresa su máximo potencial aquí.

Los premiers crus ocupan la parte superior de la colina a alturas de entre 280 y 380 metros (suelos de piedra caliza marrón, bastante poco profundos). A continuación se encuentran los “Village”, vides en suelos calcáreos o limosos.  Estas mezclas pedregosas confieren elegancia y delicadeza al vino, mientras que las margas arcillosas, que contienen ricos depósitos de mariscos fósiles, agregan cuerpo y firmeza. Las orientaciones varían de este a sureste.

Gevrey Chambertin dispone de 9 Grand Cru y 25 Premier Crus. Algunos de los Grand crus de esta zona como Mazoyères-Chambertin, de tamaño más grande son de menor calidad. Y un Premier Cru como Clos Saint-Jacques propiedad de solo 5 bodegas, que se reparten en 5 franjas verticales, deja en evidencia que no siempre todo lo que es oro todo lo que reluce.

Una estructura firme, con taninos aterciopelados; vinos intensos y robustos. En su juventud se muestra floral y muy afrutado, es con el paso del tiempo que empieza a demostrar su poder. Con el tiempo se convierten en vinos con notas a regaliz, cuero y pieles. Aunque se ha intentado adelantar la virtud de esta zona con racimo enteros o semi-carbónicas; es uno de los pueblos que necesitan más tiempo con los tintos para demostrar su valía.

Armand Rousseau o Domaine Fourrier seguramente son las dos bodegas con más renombre.